Al igual que ocurre con unos pocos artistas selectos que definen géneros, como Miles Davis, Bob Dylan y Joni Mitchell,Tom Waits, a lo largo de sus casi cuarenta años de carrera, ha operado bajo la máxima «El que no está ocupado naciendo está ocupado muriendo».

Negándose a quedarse quieto y dormirse en los laureles, Waits ha buscado continuamente nuevas influencias, reinventándose a sí mismo y a su arte de forma espectacular a lo largo del camino. En el proceso, ha forjado un léxico musical muy original, personal e idiosincrásico, que ha dado como resultado uno de los conjuntos de obras grabadas más distintivos, ricos y diversos de la historia de la música popular estadounidense.