Tina Turner es la reina del rock & roll. Eso es indiscutible. Su llamativo estilo de actuación (¡ese flequillo! ¡esas piernas! ¡las pelucas!) ha inspirado a generaciones de estrellas del rock y del pop, desde Mick Jagger a Beyoncé. Su voz es única, fundida con arrogancia y emoción. Su influencia sigue llegando a las profundidades de la música, habiendo ampliado la idea, antes limitada, de cómo una mujer negra podía conquistar un escenario y ser a la vez una potencia y un ser multidimensional.

Nacida como Anna Mae Bullock el 26 de noviembre de 1939 en Brownsville, Tennessee, la rockera llevó una vida de todo menos fácil antes de emprender una carrera en solitario. Era una luchadora, una elección que se hizo por ella. Su padre era un maltratador y su madre huyó de la familia, dejando a Bullock y a sus hermanas a su suerte. De adolescente, encontró consuelo en los clubes nocturnos de San Luis, que pronto la pusieron en la órbita de Ike Turner. Se unió a sus Kings of Rhythm en 1957, y a los pocos años Bullock pasó a llamarse Tina Turner. Como matrimonio, se convirtieron en la Ike & Tina Turner Revue