«Si alguien me dijera: ‘Vas a tener que hacer una cosa o la otra. Vas a tener que dejar la música o vas a volver a ser pobre'». Dolly Parton reflexionó hace veinte años: «Me volvería pobre, totalmente arruinada, y empezaría de nuevo y haría mi música. Así es como me gusta». Las probabilidades de que esta versátil cantautora, multiinstrumentista, carismática intérprete y magnate de los medios de comunicación tenga que tomar esa decisión son mínimas. Casi sesenta años después de abandonar su hogar del este de Tennessee a los 18 años para triunfar en Nashville, Parton ha sabido utilizar hábilmente su enorme talento, su personalidad única y su gran determinación para forjarse una carrera casi sin parangón: de estrella de la música country a superestrella crossover, a estrella de cine, a icono mundial, a amada humanitaria y filántropa. A pesar de todo, cien millones de discos vendidos después, sigue siendo una narradora suprema.