Con el paso del tiempo, los éxitos del pasado, sobre todo los innovadores, suelen parecer inevitables. Cuanto más exhaustivamente remodela el mundo una banda, más difícil resulta imaginar cómo era el mundo antes de que se rehiciera tan dramáticamente.

Así que la pregunta surge desde nuestra perspectiva contemporánea: ¿Quién no habría podido prever el potencial demoledor de los primeros Beatles? Al fin y al cabo, todo estaba ahí: su evidente genio musical; esas armonías, canciones originales y gusto impecable para las versiones; su cruda energía de rock & roll combinada con un irresistible encanto pop.

Por no hablar de su buen aspecto, inteligencia, juventud, ambición y una feroz ética del trabajo. ¿Quién no iba a saber que los Beatles estaban destinados a conquistar y transformar el mundo? La respuesta a esa pregunta, por supuesto, es casi todo el mundo, con una notable excepción: Brian Epstein.