Nesuhi tenía quizá los oídos más viajados del mundo de la música.

Hijo de un diplomático turco, Nesuhi abandonó su país natal a una edad temprana y empezó, como él dice, a «moverse por el mundo» a donde le llevaran las misiones de su padre: Suiza, París, Londres y, finalmente, Washington D.C., donde el mayor de los Ertegun ejerció de embajador de Turquía en Estados Unidos.

Allá donde iba, Nesuhi encontraba la música. En Inglaterra, descubrió las big bands que emitía la BBC; en Francia, se hizo admirador de Django Reinhardt; Stephane Grappelli, Coleman Hawkins y Benny Carter en América; por último, se familiarizó con el jazz moderno. Al mismo tiempo, se hizo con una impresionante colección de discos que incluía obras de Kelly Roll Morton, Bessie Smith, Louis Armstrong, Duke Ellington y Fats Waller.